Nunca está de más echar un vistazo a lo que somos, o a lo que fuimos . 
Parado frente a un espejo que deforma con el paso del tiempo, Jorge se sumerge en un sueño del cual le será difícil despertar. donde acúden  imágenes de un pasado, añorando un tiempo pretérito que siempre fue mejor. 

Jorge no tiene la potestad de frenar el mundo caótico que 
existe fuera de él.

se encuentra ante el desafío de ponerle, como antaño, música 
a la letra de un tango inédito de su amigo  Juan, con quien  
conformó un dúo en los suburbios en la década del 20 y del 30. 
Contemporáneos a Carlos Gardel
y donde niños, compartieron juegos y sueños con “El Morocho”  
sin pensar que 
el destino les tenía reservado finales disimiles.